LOS PROYECTOS Y EL FÚTBOL

Son muchas las decepciones que ha tenido nuestro país en competencias deportivas internacionales, de hecho, los que las hemos sufrido afirmamos que ya forman parte del imaginario colectivo de esta nación. Ante todo, México, es una poderosa idea de la cuál cualquier compatriota se siente orgulloso, pero en el terreno de lo deportivo, ahí se encuentra nuestro verdadero talón de Aquiles.

Que el “ya merito”, que el “jugamos como nunca y perdimos como siempre”, todas esas frases están dentro de lo más representantivo de este “talón”; pero no siempre fue así: tuvimos una esperanza que las cosas cambiarían el 10 de julio de 2011 pues la selección mexicana se alzó con el campeonato mundial de Fútbol Sub-17 tras vencer a Urug s de una nueva generación de deportistas mexicanos.

“Estos chavos ya piensan diferente: ya no tienen miedo a ganar”. “ya no es como en nuestros tiempos”, aseguraban. Lo cierto fue que no nos tardamos mucho en seguir por la vía de la derrota en los siguientes años.

Han pasado 14 años desde entonces y esta semana el algoritmo de las redes me mandaron un video que nunca vi, uno donde Christian Martinolli, periodista y comentarista deportivo; comenta una entrevista con Decio de María, presidente de la Femexfut, Martinolli le preguntó – “¿Hay una explicación de por qué México ganó el oro? … ¿Tienen un estudio?”. Decio le contestó: – “no”. El periodista fiel a su estilo despotricó en contra del futbol nacional y sus directivos. Concluyó que en México no se sabe por qué se gana o por qué se pierde.

Y me fue imposible dejar de relacionarlo con los que sucede en las empresas de mis clientes pues lo mismo sucede con los proyectos de un despacho creativo. Los directores desconocen en cuáles proyectos ganan y en cuáles pierden y qué porcentaje es de cada uno. Las cotizaciones nunca se verifican al terminar el proyecto y no se sabe si se ganó o se perdió y si se les pregunta a los encargados de las áreas dirán que no saben (cómo Decio). Se trata de trabajar, no de reconocer si se gana o se pierde, contestarían cínicamente esos administradores. La administración, contabilidad o control de un despacho se mezcla en una sola y esa única administración revuelve todos los datos, haciendo una enorme concesión para las personas que hicieron la cotización y que nunca se conozca si fueron buenas o malas.

Los despachos creativos de México no deben formar parte de ese imaginario colectivo, pues eso los hace caer en desinformación y, así como existen tiempos buenos, hay malos, y en estos últimos la eficiencia es necesaria. Además, es sencillo obtener la información de por qué se gana y por qué se pierde, solo hace falta un poco de perspectiva. También los equipos podemos acostumbrarnos a ganar como fórmula de vida.